Mallorca tiene mil y una facetas: una de las más deliciosas es la gastronómica, que te contamos en estas líneas para que la disfrutes en familia.
Viajar con tus hijos es un placer para el que te reservas durante todo el año. Y si en esta ocasión has decidido visitar Mallorca, su gastronomía sin duda te atrapará. ¿Quieres dejarte guiar por nuestras recomendaciones? Te desvelamos que uno de sus productos estrella, artesanales y deliciosos son los helados. No cabe duda de que a los niños les apasionan y en esta isla podréis probar los mejores. En tu visita a Palma, acércate a Ca’n Joan de s’Aigo, un establecimiento emblemático de Ciutat que te ofrece helados de elaboración propia con sabores autóctonos: almendra, avellana, albaricoque, crema de café o cava, con la peculiaridad de que te los podrás tomar en un vasito de cristal. No puedes marcharte sin dar un bocado a sus esponjosas ensaimadas o cuartos, repostería casera para acompañar con un clásico chocolate. ¿Sabías que estos helados nacieron en 1700 cuando recogían la nieve que se acumulaba en les ‘cases de neu’ de la Serra de Tramuntana, la llevaban a la ciudad y allí la mezclaban con frutas? Ca’n Joan de s’Aigo tiene tres establecimientos en Palma: el mítico en el carrer de Can Sanç, 10, que conserva los detalles del original de 1700; además de en el carrer Baró de Santa Maria del Sepulcre, 5 y en el carrer Sindicat, 74, esquina con Avingudes.
Dejamos atrás Ciutat, para conocer la también mítica Sa Fàbrica de Gelats de Sóller que ofrece el producto típico de esta zona de la isla: helados elaborados con naranja de este municipio de la Vall. Sus productos tienen la marca ‘Fet a Sóller’ y presumen de estar elaborados sin colorantes ni aromas artificiales. Mientras te aventuras a probar sabores como el de gamba de Sóller, verás pasar el tradicional tranvía de la localidad o, si lo prefieres, puedes sentarte a admirar el pintoresco Port de Sóller.
Carne a la brasa, ‘arròs brut’, ‘frit’, ‘tumbet’, ‘trempó’ o sopas mallorquinas. ¡Se nos hace la boca agua! Sobrasada, queso mahonés, ‘camaiot’ o ‘botifarró torrat’, con pan de payés o pan moreno, y con tomate de ‘ramellet’ restregado. Hablamos de otro sencillo, pero no por ello menos delicioso, y muy popular plato típico mallorquín. Se acompaña con ‘fonoll marí’, aceitunas, pimiento verde, encurtidos, higos, o una tarrina de ‘all i oli’. En Palma puedes encontrar diversos establecimientos donde los preparan, como el Bar Cabrera, en el carrer Can Baró, 9; o Sa Llimona, en el barrio de Santa Catalina, en el carrer Sant Magí, 80. Si salimos de Ciutat, el Restaurante Tigy’s en Sant Elm te los prepara después de darte un baño para que lo saborees con una panorámica de Sa Dragonera. Te ofrece una gran variedad, pero el típico es el de sardinas. En Montuïri encontrarás el Bar s’Hostal, en el carrer Constitució, 59, que se dedica exclusivamente al ‘pa am boli’. El Restaurante Ca’l Dimoni, en la carretera Palma-Manacor, km 21, en Algaida, es un clásico donde podrás probar también otros productos típicos mallorquines.