Sin duda, Menorca es el mejor destino para recuperar el contacto con la naturaleza más salvaje y descansar. La isla es una viva postal de playas de aguas turquesas, pueblos encantadores, tradición, gastronomía exquisita y amor por el medio ambiente. Tanto es así, que ha sido declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO.
Naturaleza exuberante en el norte de la isla
En el norte de Menorca encontrarás playas silvestres que te ofrecen un contraste inesperado con el sur de la isla y que, casi con toda seguridad, añadirás a tu lista de los lugares más sorprendentes que jamás hayas visitado. El suelo rojizo contrasta con los verdes azulados del mar y te ofrece la naturaleza en su estado más puro.
Menorca tiene una historia geológica de más de 400 millones de años y es en el norte donde podemos apreciarla en su plenitud; allí se encuentran los materiales más antiguos de la isla. El viento de la Tramuntana ha moldeado sus rocas hasta tal punto que creerás estar en la luna. Cala Pregonda, Cala Presili, Algaiarens, Na Macaret, Cala en Blanes, Sa Mesquida, Platja d’enTortuga… la lista de playas que recorrer es inacabable.
El paraíso del sur
Siguiendo con la ruta de playas, a refugio del azote del viento, en el sur te espera el paraíso en la tierra. Arena fina, aguas transparentes y tranquilas para ver el fondo marino con total claridad y paisajes de pinos de un verde refulgente te dan la bienvenida al mediterráneo balear. Ideales para compartir largos baños en familia, pasear o comulgar con la naturaleza y el relax. Macarella y Macarelleta, Cala en Turqueta, Binibèquer Nou, Es Talaier, Son Bou, Trebalúger, Cala Galdana o Binigaus te sorprenderán con su belleza serena.
Mucho más que playas
Si bien es cierto que las playas son un atractivo que no se puede obviar, Menorca tiene mucho más que ofrecerte: cultura, gastronomía y folclore, espacios Reserva de la Biosfera, rutas en bicicleta…
El reclamo mayor de la isla son las históricas fiestas mayores de Sant Joan de Ciutadella que los menorquines preparan durante todo el año, muy deseadas por los “illencs” y que atraen a curiosos de todas partes del planeta. Comienzan el “Dia des Be”, que es el domingo anterior de los días grandes, el 23 y el 24 de junio. Los caballos, los jinetes y el folclore menorquín son los protagonistas. En ellas están representados los principales estamentos de la sociedad tradicional menorquina: el “caixer senyor” (la burguesía), “el caixer capellà” (la Iglesia), “el caixer casat” y el “caixer fadrí” (los artesanos) y “los caixers pagesos” (los agricultores).
Las celebraciones populares se alargan en Menorca hasta el mes de septiembre, cuando las Fiestas de la Mare de Deu de Gràcia de Maó ponen fin a la temporada festiva.
En tu visita a la isla, descubrirás también que la fiesta está en su deliciosa gastronomía, digna de celebrar: la “coca bamba”, sus embutidos, el pan de payés, el queso de Maó o la caldereta de langosta, además de su ginebra, te recargarán de energía para recorrer sus pueblos: Alaior, Ciutadella, Es Castell, Es Mercadal, Es Migjorn Gran, Ferreries, Fornells, Llucmaçanes o Maó. Apunta también acercarte a sus increíbles faros, a la Menorca talayótica u observar la bóveda celeste, considerada Destino y Reserva Starlight por la UNESCO. Muchos son los encantos que hacen de Menorca el destino número 1 para visitar en tus vacaciones.