Si hay una fiesta capaz de reflejar la esencia más pura de las tradiciones mallorquinas, esa es, sin duda, Sant Antoni. Celebradas cada año los días 16 y 17 de enero, estas festividades convierten los pueblos de la isla en un auténtico espectáculo de cultura, historia y gastronomía. Una experiencia que en Garden Hotels no podíamos pasar por alto, ya que invita a locales y visitantes a sumergirse en el espíritu más auténtico de Mallorca.
Demonios, foguerons y música: la magia de la Revetla
El inicio de las fiestas está marcado por la Revetla de Sant Antoni, la noche del 16 de enero. Las calles de municipios como Sa Pobla, Manacor, Artà o Muro se llenan de vida con la salida de los demonios, que danzan al ritmo de la música tradicional, creando un ambiente único y lleno de energía.
Los foguerons (hogueras) se encienden en cada rincón, iluminando la noche y sirviendo como punto de encuentro para los vecinos, que asan sobrasada, botifarrons y otros productos típicos mientras disfrutan de las glosses (cantos tradicionales improvisados) y el sonido de las ximbombes (zambombas). Esta noche, repleta de fuego y música, es una de las más mágicas del año.
Bendiciones y Pi de Sant Antoni
El 17 de enero, día de Sant Antoni, es el momento de una de las tradiciones más queridas por los mallorquines: las Beneïdes. Durante este ritual, los vecinos llevan a sus animales para recibir la bendición del santo, un homenaje a su pasado agrícola. En Muro y Palma, estas bendiciones reúnen a cientos de personas, creando una estampa única con la Catedral de Mallorca como telón de fondo.
Para quienes buscan una experiencia diferente y cargada de adrenalina, El Pi de Sant Antoni en Pollença es una cita obligada. Este evento consiste en trasladar un enorme pino desde la posesión de Ternelles hasta la Plaça Vella del pueblo, donde los más valientes intentan escalarlo una vez enjabonado.
Gastronomía y tradición: el sabor de Sant Antoni
No se puede hablar de Sant Antoni sin mencionar su gastronomía. Las espinagades, una especie de empanada rellena de col y lomo o anguila, son uno de los platos más típicos de esta festividad. Junto a ellas, la sobrasada, los botifarrons y las coques amb pebres (tartas saladas con pimientos) se convierten en protagonistas de las mesas mallorquinas durante estos días.
Si tienes la suerte de visitar la isla en enero, no te pierdas esta cita imprescindible. ¡Deja que el fuego, la música y la tradición te envuelvan y vive Sant Antoni como un auténtico mallorquín!